miércoles, 29 de abril de 2009

Mensualización de los Fondos de Reserva


La crisis internacional sin lugar a dudas trae consecuencias graves
para la economía nacional, que son difíciles de asimilar al corto
plazo, por ello es necesario tener claro que a mediano y largo plazo
el país y el mundo entero tiene que recuperar su confianza en las
relaciones comerciales y de a poco ir saliendo del atolladero, por
cierto, no debemos olvidar su origen: Producto de los inmorales e
ineficientes manejos de quienes tienen a su cargo el mundo financiero
se provocó una crisis que trajo importantes repercusiones a la
economía real, la cual también tiene sus propios órdenes de
desajustes, que básicamente se localizan en el colapso de un sistema
consumista, inhumano y despiadado con la naturaleza, como lo es el
anárquico sistema de producción capitalista que con el modelo de
globalización en lugar de armonizar las relaciones comerciales las
caotizó aún más.

Evidentemente que en momentos de crisis lo más racional es llegar a
acuerdos básicos entre los agentes que componen un sistema, pensemos
en la microeconomía, una visión normal tiende a pensar en la
solidaridad de los miembros familiares que más ingresos tienen con los
que menos tienen, más aún si muchos de esos ingresos se desperdician
en el consumo. En una economía a gran escala deberíamos pensar de la
misma forma y encontrar medidas que logren en lo concreto que esta
crisis sea pagada en forma solidaria justamente por los que más se
beneficiaron de ella en el pasado, recordemos que el origen de la
crisis se desarrolla por el inmoral e indolente manejo del mundo
financiero, sumado al anárquico sistema de producción capitalista,
entonces, los banqueros y empresauros que se beneficiaron de aquello y
tuvieron crecimientos inesperados en los años recientes al colapso,
deben responder solidariamente ante la crisis económica que vive el
país.

Los impuestos a la salida de capitales ha sido una de las medidas más
acertadas en esta filosofía, pero esto no queda allí; que la crisis la
paguen los ricos significa el desarrollo de medidas más eficientes
como la confiscación de bienes y cierre de cuentas que son producto de
actividades ilícitas como era el espíritu de la Ley de Extinción de
Dominio, misma que debe volver a la discusión del Parlamento, esta vez
con un criterio y una conciencia más clara de su significado, pues
también se debe afectar a los bienes y cuentas producto de peculados,
cohechos y otras defraudaciones fiscales como la evasión sistemática
de impuestos, de allí que uno de los grandes desafíos de la nueva
Asamblea consiste es la estructuración de una nueva reforma tributaria
que ponga un claro freno a los abusos fiscales de ciertos
seudo-empresarios. Reformas como la creación de aranceles, la campaña
de consumir la producción nacional, entre otras, son creativas pero
resultan tibias ante la crisis actual de dimensiones aún
irreconocibles.

Pero lo que no consideramos justo y correcto es que esta crisis sea
pagada por los que menos tienen, por quienes en lugar de beneficiarse
de la bonanza miraron impávidos como iban creciendo las utilidades de
la banca y de las grandes empresas, me refiero justamente a ese
ochenta por ciento de ecuatorianos bajo la línea de pobreza, quienes
hoy se encuentran más organizados, politizados y con un nivel más
elevado de conciencia producto de los procesos históricos de lucha que
se desarrollan en el país y en Latinoamérica, no podemos entonces
apoyar medidas que resquebrajen sus derechos que tanto ha costado
conquistarlos. Por eso consideramos que una de las medidas menos
creativas es la mensualización obligatoria de los fondos de reserva
para los trabajadores afiliados al Seguro Social, tampoco podemos
estar de acuerdo con la desestabilización de los Fondos de Cesantía de
los servidores públicos como lo pretende la Superintendencia de Bancos
y Seguros. No podemos jugar con el futuro de miles de trabajadores,
claro que técnicamente resulta muy atractivo para la economía nacional
la inyección de más de trescientos millones de dólares en momentos
críticos, pero recordemos que esos dineros no provienen de la divina
providencia, es producto del ahorro de los trabajadores, a caso
quienes desarrollaron este proyecto de Ley han pensado en el déficit
actuarial de la seguridad social? que, según ciertos analistas bordea
los ochocientos millones de dólares, siendo conservadores. No podemos
apoyar este tipo de medidas que en lugar de desarrollar iniciativas
para que la crisis la paguen los ricos, lo que hace es tomar mano de
los fondos previsionales de los trabajadores, por ello consideramos
correcto que el ejecutivo haya reformulado su plan inicial de eliminar
los fondos de reserva. Es así que la decisión última de utilizar
estos fondos debe ser de los trabajadores, que según el proyecto
presentado para primer debate la medida es dejar opcional este
criterio, para quienes desean que los pagos de sus fondos de reserva
sea mensualizado y para los que no se decidan por aquello, se siga
acumulando en su cuenta individual del seguro social. Por otro lado
rechazamos la circular de la Superintendencia de Seguros que pretende
desestabilizar los fondos de Cesantía de diversos sectores de
servidores públicos, dejando en libertad el retiro de sus fondos en
cualquier momento, con ello se busca descapitalizar dichos fondos como
el del Magisterio Nacional que ha sido un ejemplo de manejo solidario
eficiente y transparente.

Gustavo Reyes